Almas nuevas para llevar

Me pregunto si soy un alma nueva.  O si soy viejo espíritu.  En ambos casos debería ser feliz.  De darse el caso de que mi cuerpo albergara un alma de reciente eclosión, la estupidez de mis decisiones estaría justificada por la inexperiencia.  En caso contrario, simplemente mi alma sería un compendio de karmáticas consecuencias llevadas a través de vidas que quizás ni siquiera debieron ser.

Si la reencarnación existiese y yo hubiese estado en otras vidas, seguramente hayan tenido alguna manifestación extrema de falta de misericordia.  De sabiduría.  De empatía.  Yo creo que fui un centurión romano.  Uno de esos que se aseguraban de que los ajusticiamientos a base de crucifixiones se llevaran a cabo.  Quizás fui artífice de la más sonada de todas.  O quizás fui el líder de alguna sección de la inquisición.  Quizás rompí a tantas personas y las llevé a tantas muertes, que marqué mi destino para siempre.  A lo mejor inventé algún tipo de arma, o fui ejecutor de sentencias.  Verdugo.  Me veo afianzando hachas enormes en mis manos y vaciando el contenido aórtico de ciertas personas.

Creo que quizás maté a Gandhi.  O a Zapata.  Probablemente haya sido un seguidor de Plutarco.  El que le daba las ideas de a quién matar y a quién joder.  El lame botas con más pensamiento, pero con menos voluntad e iniciativa.  Destructor.  Desinsertador del bien.  Destripador.  Nadie me conoce, pero muchos conocen a aquéllos a quienes he convertido en mártires.  En volátiles figuras de ventanales hechos polvo de vidrio.

Mi alma no muere, sin embargo.  Pues debe esperar a la eternidad para soliviantar los demonios que a su vez le muerden.  No importa cuán bien intencionado sea en esta vida.  No importa cuán bondadoso y responsable.  No importa quién ni cómo.  Por eso mi esperanza en que mi espíritu sea nuevo.  Porque lo estúpido se quita con el tiempo.

Acerca de Hugo Dragón

Amo escribir, y el poco tiempo que tengo para hacerlo lo vivo intenso. De ahí la estructura corta de mis relatos. Algún día aprenderé a promocionarme...
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